Distintos Afectos

 En la vida afectiva, una distinción importante es la que se establece entre "emoción" y "estado de ánimo". El término "emoción" o "episodio emocional" se suele utilizar para hacer referencia a estados que duran poco tiempo, aunque dependiendo de qué aspecto utilicemos: si nos fijamos en expresiones faciales o respuestas fisiológicas generalmente duran entre 0.5 y 4 segundos; si se miden mediante auto-informes verbales pueden ser descritos con una duración que va desde unos pocos minutos a unas pocas horas. Este término se suele referir a un estado mental usualmente provocado por algo externo a nosotros. Tiene un inicio definido, aumenta hasta uno o más picos de intensidad y disminuye.

 En cambio, el término "estado de ánimo" o "humor emocional" se suele referir a un estado emocional que dura horas, días o semanas, a menudo con baja intensidad, del que suele ser difícil establecer su inicio o fin. Normalmente, a diferencia de las emociones, no tienen un claro desencadenante. Tanto las emociones como los estados de ánimo nos preparan para realizar una acción, si bien las emociones suelen cambiar nuestros estados de preparación para la acción (por ejemplo, el miedo interrumpe la acción que se está realizando, prepara para la lucha o para la huida, y dirige la atención hacia las señales de peligro del ambiente), mientras que los humores emocionales mantienen esos estados y nos ayudan a resistir ante los cambios (por ejemplo, cuando nos encontramos bajo un estado de ánimo triste, nos resistimos a aceptar una invitación para salir y divertirnos). Por otra parte, los estados de ánimo se pueden alterar por medio de drogas. El alcohol probablemente sea la droga más utilizada por la sociedad occidental para modificarse el estado de ánimo. Su efecto principal es reducir la ansiedad. Otras drogas, como los antidepresivos y los tranquilizantes, también tienen como objetivo modificar el estado de ánimo.

 Hasta ahora hemos hablado de estados emocionales, transitorios y limitados, que van y vienen (p.e. al hablar en público, la mayoría se pone nervioso y luego vuelve a la tranquilidad). Pero también las emociones pueden conceptualizarse como rasgos, como reacciones relativamente estables y consistentes diferentes entre individuos (p.e. quien está casi siempre ansioso...) La distinción entre rasgos y estados emocionales es importante; por ejemplo, todos hemos experimentado el estado de ansiedad pero no todos poseemos el rasgo de ser ansiosos.

 Finalmente, algunas orientaciones distinguen entre emoción y sentimiento. La diferencia la marcaría un mayor hincapié en la evaluación cognitiva, reflexiva, cuando nos referimos a los sentimientos.