Incentivos y Metas

 Las metas (incentivos) de nuestros comportamientos producen la motivación. Un incentivo es un estímulo externo que anticipamos será una recompensa o un estímulo aversivo, y que dirige o energiza la conducta. Si pensamos que será positivo, nos motivará para alcanzarlo mediante realizar un determinado acto que nos aproxime a él; en caso contrario, nos motivará para no hacerlo o realizar una conducta que nos aleje de él o lo evite Las teorías del incentivo hacen especial hincapié en los estímulos externos como motivadores del comportamiento (p.e. un postre rico, un estímulo excitador sexual,...), independientemente del estado interno de impulso. Los incentivos no dependen del estado fisiológico del organismo sino de la mente, de las ideas. Toda meta libremente pensada actúa, es, un incentivo que nos motiva a actuar hasta alcanzarla: tocar bien la guitarra, sacar un sobresaliente. Estos ejemplos no resuelven necesidades fisiológicas sino necesidades existenciales; aunque la idea de homeostasis sigue presente a un nivel conductual: la meta es un estadoi ideal, si en el estado actual no la hemos alcanzado surge una necesidad que nos incita a actuar de la manera más adecuada que hayamos aprendido para alcanzarla.